28 de marzo de 2012

CONMEMORACIÓN DEL DÍA NACIONAL POR LA MEMORIA LA VERDAD Y LA JUSTICIA


Discurso diputada Gabriela Alegre- Sesión Especial - 
24 de marzo de 2012

Sra Presidenta: En primer lugar, celebro que como Legislatura hoy estemos respondiendo a la iniciativa de la Presidenta de la Nación, a través del Congreso Nacional, de hacer sesiones especiales en homenaje a los 30.000 detenidos desaparecidos, en el Día de la Memoria, Verdad y Justicia.
            Me parece que haber cumplido con esta iniciativa en una Legislatura integrada mayoritariamente por un bloque de la oposición demuestra un piso de consenso sobre las denuncias respecto de los crímenes del terrorismo de Estado y la necesidad de memoria, verdad y justicia.
            Este consenso no se construyó solo, sino históricamente, por las denuncias y la lucha de aquellos que durante la misma dictadura militar tuvieron el coraje de contar lo que estaba pasando: las madres, las abuelas, los familiares, los organismos de derechos humanos, los exiliados y los sobrevivientes. Todos ellos vencieron el miedo y el terror, y pudieron alzar sus voces en aquel momento tan terrible.
            A esta construcción se sumaron los hijos de detenidos desaparecidos. A los 20 años de aquel golpe terrible, cuando tuvieron la edad para organizarse, también denunciaron a los autores de crímenes con sus escraches y generaron la necesidad de seguir reclamando justicia en nuestra sociedad.
Sin embargo, esta tarea de los organismos de derechos humanos, de algunos partidos políticos y de algunos sectores de nuestra sociedad no podría haber tenido el consenso que hoy tiene si no hubiera habido, desde el Estado y desde el gobierno, alguien que tomara esta cuestión como una política de Estado. Esta persona fue Néstor Kirchner, y lo digo con todo orgullo.
A partir del 25 de mayo de 2003 hubo un Estado Nacional que tomó la política de derechos humanos como política de Estado. Esto se consagró con la anulación que realizó el Congreso de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final –ratificada por la Corte Suprema de Justicia– y también con la recuperación de la ESMA por Néstor Kirchner el 24 de marzo de 2004, cuando él pidió perdón por parte del Estado argentino por los crímenes que se habían cometido. En esa oportunidad, también conocimos públicamente a Juan Cabandié.
Hablamos de consensos construidos, pero la dictadura también tuvo consensos. Aquel golpe militar de 1976 no fue realizado por un grupo de militares locos y perversos que, en soledad, pergeñaron un plan de aniquilamiento de una parte de nuestra sociedad. En nuestro país hubo grupos económicos que fueron parte y cómplices, y que pergeñaron con la Junta Militar y otros grupos de poder de nuestra sociedad estos terribles crímenes.
Ese consenso se construyó porque los grupos económicos necesitaban un plan para beneficiarse. Ese plan neoliberal que sufrimos durante tantos años, tuvo su punto culminante en los años '90, terminó en la crisis de 2001 y todavía hoy sufrimos sus consecuencias. Esos grupos económicos todavía no han sido juzgados. Sólo en algunos casos están pudiendo verse sus complicidades en el ámbito de la justicia.
            Sobre todo, quiero resaltar lo que significó la utilización de los medios de comunicación concentrados que respondían a los intereses de esos grupos económicos y que hicieron que en nuestra sociedad se construyese dicho consenso. Fueron ellos los que hicieron posible la mentira y el silencio sobre los crímenes que se estaban cometiendo y que nadie pudiera alzar la voz; más allá de aquellas personas afectadas que ya nombré. 
           Esta sesión es para homenajear a los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos. La mayoría de ellos eran jóvenes que querían modificar esta sociedad, transformarla para lograr un mundo mucho más justo e igualitario.
            Hoy en día, también hay jóvenes que reclaman por mayor justicia, que se comprometen por la transformación, que tienen un compromiso militante.  Hoy en día algunos medios de comunicación intentan atacar a esos jóvenes. Esos  medios de comunicación representan a los grupos de poder que tienen miedo de perder los privilegios que la dictadura militar les consagró.  Esos medios de comunicación actualmente atentan contra los jóvenes porque tienen miedo a las transformaciones. Y los jóvenes comprometidos, los militantes, no sólo de nuestro partido, no sólo de nuestra fuerza política; esa juventud comprometida y militante, son los únicos que van a garantizar un mundo más justo y el “Nunca más” que todos reclamos en esta sesión.
            Señora presidenta: los derechos humanos son una lucha que no termina, que va a existir mientras haya una necesidad de nuestro pueblo. Nosotros, como pueblo argentino tenemos un privilegio: contamos con las Madres y Abuelas que nos mostraron el camino de dignidad  que hay que seguir.
            Como  bloque tenemos el ejemplo y el recuerdo permanente –hablo por todos nosotros– de nuestros familiares, compañeros, amores, y amigos que perdimos y que nos arrebató terrible y sangrientamente la dictadura militar.
            Muchas gracias. (Aplausos).