Jueves 4 de Noviembre
Palabras de Gabriela Alegre en la sesión especial de homenaje a Nestor Kirchner
Voy a ser breve porque, de verdad, aunque agradezco esta sesión de homenaje a Nestor Kirchner, prefiero homenajearlo todos los días de mi vida peleando en cada una de las luchas que me toque emprender.
Para aquellos que entendemos la política y la gestión del Estado, exclusivamente, como la posibilidad de ampliar los derechos de las personas, la muerte de Néstor Kirchner es una pérdida irreparable, es otra herida que no va a cerrarse.
Como otros contaron, yo también puedo contar que lo conocí personalmente a principios de su gestión en el 2003 cuando, por mi lugar de integrante de un organismo de derechos humanos y también por la función que ejercía en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, participé de varias reuniones que él mismo convocaba con las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas de Plaza de Mayo, los Familiares de Desparecidos y también con los Hijos. En esas reuniones, Néstor Kirchner iba definiendo, junto a los miembros de esas organizaciones, lo que iba ser uno de los principales ejes de su política de Estado.
Era impresionante verlo cómo de verdad quería responder a cada uno de los reclamos y demandas. Muchos fuimos testigos de cuando una madre le dijo que había un problema de vivienda en el conurbano en el cual ella quería participar y ayudar; Néstor Kirchner tomó el teléfono en la sala de reunión en la que estábamos, hizo venir inmediatamente al secretario Zanini y al Ministro De Vido para concretar una solución a ese problema.
Fue impresionante también escucharlo hablar de sus compañeros de los años 70’, con las Madres, siendo coherente con su discurso cuando asumió la Presidencia, diciendo que se consideraba hijo de las Madres y que no iba dejar sus principios ni valores cuando entrara a la Casa Rosada.
En esas reuniones a mí me quedo claro que quien había asumido la Presidencia era uno de nosotros, uno de aquellos que entendíamos que no era posible construir un futuro para nuestro país sobre la impunidad que había sido consagrada por los gobiernos constitucionales anteriores.
Junto a las Madres, las Abuelas y los Hijos supimos que era su intención terminar con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y que transformaría en un Espacio para la Memoria el lugar de horror que había sido la Escuela de Mecánica de la Armada. Aunque nos costaba creerlo en ese momento, pudimos ver a Bendini descolgando el cuadro de Videla, a Juan Cabandié hablando en el acto de recuperación de la ESMA y a tantos de nuestros compañeros dando el testimonio de las torturas que habían sufrido y que habían guardado por más de treinta años; y también pudimos ver en los juicios a los genocidas sentados en el banquillo de los acusados.
Néstor Kirchner era un militante de verdad. Néstor Kirchner se indignaba sinceramente ante las injusticias. Hoy recordaba que después de la desaparición de Julio López un testigo que acusaba a Patti sufrió un secuestro de pocas horas, Gerez se llamaba, y Néstor Kirchner salió a los medios anticipadamente, sin tener resuelta todavía la situación, con la indignación de no poder permitir que en su gobierno se estuvieran realizando cosas como éstas.
Finalmente, por suerte, Gerez apareció, pero me indigna que haya fuerzas políticas que sigan utilizando irresponsablemente la muerte, que sigan generando esta política de picar carne y que sigan queriendo responsabilizar a nuestra Presidenta o a Néstor Kirchner de la muerte de Mariano Ferreyra. Todos reclamamos justicia ante esa muerte, todos nos indignamos y todos vamos a hacer lo posible para que los culpables paguen con la cárcel lo que hicieron, también los culpables intelectuales.
Y a pesar de todas las políticas que Néstor Kirchner llevo adelante por la memoria, la verdad y la justicia, algunos fueron capaces de decir que utilizaba a las Madres y a las Abuelas. Con esa afirmación no sólo se ofende a quienes son el mayor ejemplo de lucha y de dignidad en nuestro país sino que también se desconoce lo que ellas y lo que todos nosotros comprendimos y comprobamos: que Néstor y Cristina fueron capaces de retomar el camino de transformación por una patria mas justa e igualitaria por la que lucharon los 30.000 compañeros desaparecidos.
Hoy escuchaba hablar a muchos compañeros de otros bloques y se me ocurrió agregar algo que no tenía pensado decir, pero siento la necesidad de hacerlo. Yo entré a esta casa como miembro del bloque Díalogo por Buenos Aires. Tal vez cuente una intimidad, pero el día que fuí a decirle a Aníbal Ibarra que iba a pasar a integrar el bloque del Encuentro Popular para la Victoria, recuerdo que una de las cosas que le dije fue que con el kirchnerismo, y sobre todo después del conflicto de la 125, yo había recuperado mi pasión militante por la política y que no había otro lugar donde se pudiera estar para generar las transformaciones que había que hacer en este país.
Hoy sentimos mucho dolor pero una vez más, como lo hicieron las Madres, las Abuelas, transformaremos el dolor en lucha, en compromiso y organización. Para conducirnos tenemos a Cristina, que ya demostró que es una dirigente, una militante y una compañera con una capacidad humana y política excepcional.
Y como nos decía Néstor: vamos hacia la victoria con nuestra compañera presidenta coraje.